Los que tenemos hijos pequeños sabemos que es llegar el invierno y comenzar con los resfriados.
Y no solo por el frío propio de esta estación, sino porque al ser una infección viral, en cuanto un amiguito de clase lo coge, probablemente el resto vaya detrás.

Hay que tener en cuenta que los niños más pequeños no son cuidadosos con la higiene, de ahí que haya un mayor riesgo de contagio.
En el post de hoy te damos algunos consejos para evitar, en la medida de lo posible, que nuestros hijos se constipen.
Lo más importante es la higiene
Es la premisa fundamental a la hora de evitar cualquier tipo de contagio. Debemos enseñar a los niños desde muy pequeños, que lavarse las manos es muy importante.
Una de las formas más habituales de contagio es a través del contacto, bien directo con algún niño enfermo o bien tocando alguna superficie que esté contaminada.

Por eso hay que lavarse las manos con frecuencia a lo largo del día, muy especialmente después de ir al baño y antes de comer.
De igual modo, hay que prestar especial atención a los enseres de nuestros hijos, como por ejemplo, sus juguetes.
Son objetos que ellos tocan con frecuencia e incluso se los llevan a la boca, por eso es importante que estén limpios.
Los peluches podemos lavarlos en la lavadora y el resto de juguetes con un poquito de agua y jabón.
La ventilación es fundamental
Como indicábamos, hay factores que no podemos controlar, como el contacto que puedan tener nuestros hijos en el colegio con otros niños que ya estén resfriados.
Pero si podemos tomar ciertas medidas en casa, como por ejemplo, ventilar todas las estancias.

No solo se deben abrir las ventanas en verano, durante el invierno es igual de importante, ya que así el aire se renueva.
Una mala ventilación puede provocar la aparición de virus, así que debemos abrir las ventanas aunque solo sea durante unos minutos.
Cuidado con los cambios de temperatura
A veces es complicado saber que ropa ponerle a los niños, en la calle hace frío, pero puede que entremos a algún sitio con la calefacción alta.
Esto provoca que suden y al tener que volver a salir: ya tenemos cambio brusco de temperatura y posible resfriado.

Debemos estar atentos a estas posibles variaciones y si estamos en un sitio en el que hace calor, quitarles algo de ropa para que no suden o se acaloren.
Al salir de nuevo a la calle, tenemos que volver a abrigarlos bien, poniendo especial atención a boca y nariz.
La alimentación, el escudo más importante contra los virus
Si nuestros hijos disfrutan de una alimentación completa y saludable, tendrán un sistema inmunológico fuerte.
Todos sabemos que la vitamina C es una gran ayuda a la hora de prevenir resfriados y nos ayuda a reforzar las defensas.

Una dieta equilibrada que incluya todos los nutrientes que necesitan nuestros hijos y una buena hidratación son primordiales.
Evitar que nuestros hijos no cojan aunque sea un leve resfriado durante el invierno es complicado, pero siguiendo estos consejos podemos intentarlo 😉