Hoy se celebra el día escolar de la no violencia y en la mayoría de colegios se realizan actividades para conmemorar este día. Se intenta fomentar una educación en la paz y en la tolerancia.
Pero por desgracia, no siempre se consigue y son muchos los casos de acoso escolar que se producen a día de hoy.
En este post hablamos de este terrible problema y sobre qué podemos hacer para eliminarlo.
¿Qué entendemos por acoso escolar?
El acoso escolar o el bullying se refiere a cualquier tipo de actitud agresiva y repetitiva que ejerce uno o varios estudiantes sobre otro.
Pueden darse varias clases de acoso escolar:
– Verbal: este tipo de acoso suele ser el más habitual, las palabras son fáciles de lanzar y tienen una gran capacidad para herir a la víctima. Desde motes, insultos, rumores falsos…
-Social: el fin es aislar socialmente, hacer el vacío o impedir participar en cualquier tipo de actividad.
-Psicológico: intimidación pura y dura mediante amenazas, se chantajea a la víctima e incluso se le obliga a hacer cosas que no quiere.
-Físico: es el más extremo, cuando ya se produce una agresión física, golpes, palizas…
Podemos imaginarnos lo que supone para el niño que lo sufre.
Consecuencias del acoso escolar
Las secuelas que puede dejar el bullying son tremendas, desde baja autoestima, depresión, serios problemas emocionales, ansiedad hasta pensamientos suicidas, que por desgracia en algunos casos, se han llevado a cabo.
Esta situación suele repercutir también en el ámbito académico, ya que los niños que sufren el acoso pierden el interés en los temas escolares.
No se concentran y empiezan a faltar con más frecuencia al colegio, lo que termina provocando el fracaso escolar.
Signos de alarma, ¿Cómo detectar el bullying?
De ahí la importancia de detectarlo lo antes posible. Hay signos muy visibles que pueden hacer saltar las alarmas.
La actitud o el ánimo de la víctima es el primer síntoma apreciable, suelen estar continuamente tristes y decaídos, les cuesta conciliar el sueño y se muestran nerviosos a la hora de ir a clase.
En muchos casos, fingen estar enfermos o no encontrarse bien para no acudir al colegio, hay que sospechar cuando esto empieza a suceder de manera frecuente.
Se vuelven más callados y les cuesta expresar sus emociones, además están más sensibles y suelen tener menos apetito a la hora de comer.
Como comentábamos antes, una situación de acoso puede provocar fracaso escolar, por lo que si nuestros hijos empiezan a sacar malas notas puede deberse a que está sufriendo bullying.
Si observamos este tipo de comportamiento debemos ponernos alerta y averiguar si nuestros hijos están sufriendo algún tipo de acoso escolar o su estado de ánimo se deba a cualquier otro motivo.
¿Cómo prevenir el acoso?
Ninguno como padres, somos expertos en estos temas, pero podemos poner de nuestra parte a la hora de prevenir estas situaciones.
Al final todo se resume un poco en conocer a nuestros hijos. Escucharles, hablar con ellos, estar pendiente de cualquier actitud rara que podamos observar y mostrarles nuestro apoyo incondicional.
De confirmar que efectivamente, existe una situación de bullying, hay que hablar inmediatamente con el centro y tomar las medidas que sean necesarias.
La felicidad y el bienestar de nuestros hijos es lo más importante.