Viendo las entradas de psicología infantil

Palabras de amor que hay que decir a un niño cada día

Nuestros hijos saben que los queremos con todo nuestro corazón, pero decirlo es muy importante para ellos.

Cada día les demostramos con acciones que les amamos, les cuidamos, les ayudamos y les damos montones de besos y abrazos.

Poner palabras a esos sentimientos además de hacerles sentir muy bien, aumentará su autoestima y hará que les sea más fácil expresar sus propios sentimientos.

Hoy te contamos qué deberías decirle a tu hijo cada día.

Beneficios de decir palabras de amor a nuestros hijos

A lo largo del día podemos demostrar nuestro amor por nuestros hijos e muchas maneras.

Con abrazos, besos, caricias… También ayudándoles en todo lo que todavía no saben o no pueden hacer por sí solos, preparándoles sus comidas favoritas, viendo con ellos sus dibujos favoritos, leyéndoles un cuento…

Pero también es muy positivo expresar con palabras esos sentimientos. Los niños necesitan sentirse seguros y escuchando de boca de sus padres frases de amor tendrán esa seguridad.

Su autoestima se verá reforzada al escucharnos y diversos estudios confirman que los niños que crecen en un entorno cariñoso afrontan de mejor manera las situaciones de estrés.

Un niño criado con cariño y en una familia en la que las muestras de amor entre todos sus miembros son frecuentes, serán adultos cariñosos y sensibles que sabrán expresar sus sentimientos y emociones con más facilidad.

Palabras y frases de amor para decir a nuestros hijos cada día

Lo importante es demostrarles nuestro amor siempre que tengamos la ocasión y podemos decirles lo que sintamos en ese momento o lo que ya sabemos que les gusta escuchar.

Pero también te damos algunos ejemplos de frases y palabras de amor y cariño que les podemos decir:

  • Te quiero: sabemos que es la frase típica y seguro que ya se la decimos a nuestros hijos todo el tiempo- Son palabras imprescindibles para la felicidad de cualquier niño, saber que son queridos.
  • Eres lo mejor que me ha pasado en la vida: nuestros peques son sin duda de lo mejor que nos ha podido pasar y hay que decírselo. Que sepan lo importantes que son para nosotros.
  • Estoy orgulloso/a de ti: Conforme van creciendo van consiguiendo pequeños logros, que para ellos son toda una conquista. Hay que reconocerles el esfuerzo y recordarles que estamos muy orgullosos de ellos.
  • Yo te voy a querer siempre: uno de los miedos más comunes que tienen los niños es de que sus padres les dejen de querer. Algo que para nosotros es impensable, pero que ellos temen. Debemos darles la seguridad de que aunque en un momento determinado se porten mal o hagan algo mal, nosotros los vamos a querer siempre de forma incondicional.
  • Tú puedes hacerlo, yo creo en ti: todos tenemos inseguridades y a veces no apostamos por nuestra valía ante algún reto. A nuestros hijos les sucede lo mismo, se enfrentan a situaciones que les generan ansiedad o preocupación, como por ejemplo hacer un examen que para ellos es complicado. Tenemos que motivarles y hacerles saber que nosotros creemos en ellos y que sabemos que son capaces de hacer todo lo que se propongan.
  • Me encanta estar contigo: esto debemos demostrarlo a diario pasando tiempo con nuestros peques. Jugando, viendo una peli, yendo a dar un paseo… Pero también es bueno decirlo, que sepan que nos divertimos y que nos encanta hacer cualquier cosa con ellos.
  • Puedes contarme cualquier cosa y yo te ayudaré: los niños también tienen sus problemas y sus preocupaciones, a nuestros ojos normalmente son pequeñeces, pero para ellos son problemas serios. Tienen que saber que pueden contarnos cualquier cosa y que vamos a intentar ayudarles en lo que podamos. Lo importante es que se sentirán escuchados. Todos necesitamos desahogarnos.

Nuestro trabajo como padres es que nuestros hijos se sientan queridos

Además de decirles todas estas palabras para que sepan cuánto les queremos, según las circunstancias tenemos que motivarles y fomentar su autoestima.

Si están haciendo cualquier actividad, como bailar por ejemplo, podemos decirles que lo hacen genial, si han hecho un dibujo, expresar que nos encanta o si nos están ayudando a cocinar, darles las gracias y decirles lo bien que nos viene su ayuda.

También es importante dar las gracias o pedirles perdón si nos hemos equivocado en algo. Aunque sean pequeños, hay que tratarlos como las personitas que son y merecen nuestro agradecimiento o nuestras disculpas.

Con estos pequeños gestos diarios nuestros hijos se sentirán queridos y valorados y tendrán la confianza de hablar con nosotros y de contarnos sus alegrías y sus preocupaciones sabiendo que siempre, siempre vamos a estar ahí para ellos.

Niños que prefieren jugar solos, ¿es motivo de preocupación?

Que nuestros hijos jueguen solos es algo normal e incluso positivo para el desarrollo de su imaginación y de otras habilidades.

Pero cuando prefieren jugar solos a jugar con otros niños tendemos a preocuparnos.

En el artículo de hoy hablamos sobre si es motivo de preocupación que nuestros hijos prefieren jugar solos a hacerlo en compañía de otros niños.

Es normal que jueguen solos

En muchas ocasiones no les queda otra, ya que si no tienen hermanitos con los que jugar, habrá momentos en casa que tendrán que jugar solos.

Además de esta observación, hay varios factores que hacen que prefiera jugar solo, como es la edad. Si el niño es pequeño todavía no tiene desarrollada la habilidad de socialización, por lo que es normal que juegue solo.

También influye la personalidad del pequeño. Hay niños más independientes a los que les gusta crear su propio mundo a la hora de jugar y no necesitan de otros para entretenerse.

Pueda también tratarse de una cuestión de timidez. Quizá les cueste más romper esa barrera a la hora de entablar conversación con otros niños y prefieran jugar en solitario.

Beneficios de ser independiente a la hora de jugar

Jugar solos motiva su creatividad y su imaginación, ya que ellos mismos crean sus historias y sus aventuras con sus juguetes.

Jugando solos descubren sus intereses y aprenden a conocerse mejor a ellos mismos.

También les ayuda a ser más independientes y adquieren más autonomía, ya que no dependen de estar acompañados para entretenerse.

¿Debo preocuparme?

Como hemos comentado, jugar en solitario no es algo negativo ya que los niños desarrollan ciertas habilidades al hacerlo.

Pero es cierto que hay otras habilidades de carácter social que deben adquirir y cuyo primer paso es el juego con otros niños.

Lo único que puede ser algo preocupante es cuando nuestro hijo se niegue siempre y bajo cualquier circunstancia a jugar con otros niños, ya que puede ser señal de algún otro problema.

En ese caso, os recomendamos consultar la situación con un psicólogo infantil que sabrá daros la indicaciones adecuadas.

Ante todo, no hay que presionar al niño ni obligarlo a hacer algo que no quiera, podemos hablar con él para intentar que nos explique sus motivos.

Lo habitual es que sean situaciones puntuales. Debemos pensar que es positivo que nuestros hijos tengan la capacidad de entretenerse y divertirse solos.

La importancia de que los niños se diviertan. Tips para conseguirlo

Que los niños jueguen y se diviertan, además de ser algo que a todos los padres nos encanta, también es un factor muy importante para su aprendizaje y en su desarrollo.

En el artículo de hoy te hablamos sobre la importancia de que los niños se diviertan y algunos consejos para conseguirlo.

¿Por qué es importante que los niños se diviertan?

Ya de por sí los niños tienen una predisposición a divertirse. En cualquier situación encuentran algo a lo que jugar y pasar un buen rato.

Pero además del simple entretenimiento, divertirse influye muy positivamente en su desarrollo. Mientras se divierten, se sienten bien y experimentan sensaciones agradables y de bienestar.

Esa sensación de bienestar crea un entorno en el que los niños se sienten seguros y su autoestima mejora.

Cuando los niños están en un momento de diversión es una buena ocasión para estimular la creatividad. Podemos proponer juegos en los que tengan que desarrollar su imaginación.

Este tipo de juegos en los que tienen que crear argumentos, personajes y situaciones es fundamental en su desarrollo.

Jugar también ayuda a desarrollar sus habilidades sociales ya que al reproducir situaciones de la vida cotidiana, aprenderán comportamientos que utilizarán en su día a día cuando sean adultos.

Divertirse mientras juegan con otros niños también les ayuda a socializar. En un ambiente alegre les costará menos acercarse a otros niños y mostrarse tal y como son.

Al socializar y relacionarse con otros niños, también mejora su capacidad lingüística.

Lo más importante de todo esto es que van adquiriendo todas estas habilidades de una manera natural y sin ser conscientes de ello ya que lo hacen mientras están jugando y divirtiéndose.

Tips para conseguir que los niños se diviertan

Hay momentos en los que los padres no tenemos que intervenir en los momentos de juego y diversión de nuestros hijos, como por ejemplo cuando están con otros niños y esos momentos surgen de forma espontánea.

Pero si podemos enfocar algunas situaciones cotidianas para que sean lo más divertidas posibles. Esto nos puede servir a la hora de hacer tareas en casa como poner la mesa o recoger los juguetes después de jugar.

Si les proponemos que nos ayuden con ambas tareas al ritmo de alguna canción que les guste o inventándonos una entre los dos, seguro que nos reiremos mucho.

Esto es solo un ejemplo, hay multitud de cosas que podemos hacer en nuestro día a día para divertirnos con nuestros hijos como que nos ayuden a cocinar, dibujar juntos, sentarnos con ellos un ratito a ver sus dibujos favoritos, bailar, hacer manualidades…

Por supuesto también debemos jugar con ellos propiamente dicho, con sus muñecas y resto de juguetes. A ellos les encanta que les prestemos atención y que sigamos todas sus indicaciones.

También podemos jugar en familia a algún juego de mesa, a las cartas, a las películas…

Cualquier situación cotidiana puede ser un buen momento para reírnos un ratito con nuestros peques. Enfocar el día con humor será muy beneficioso para ellos y también para nosotros ya que a menudo dejamos que el estrés y las preocupaciones del día a día nos ganen.

Lo importante es tener cada día momentos felices con nuestros hijos, pues esos momentos, además de divertirnos, serán recuerdos maravillosos cuando crezcan.

Baja autoestima en niños.¿Cómo afrontarlo?

Las personas vamos forjando nuestra autoestima a lo largo de nuestra vida, pero es en la edad infantil cuando tiene una importancia fundamental.

Por desgracia, hay momentos en los que a nuestros hijos les afectan circunstancias que hacen que su autoestima baje.

En el post de hoy hablamos de esta situación y de algunos consejos para afrontarlo.

La autoestima de los niños

Hay muchos factores que influyen en la autoestima de un niño y la manera en la que perciben a ellos mismos.

Esa percepción comienza en su familia y su entorno más cercano. Un niño debe sentirse aceptado tal y como es, tanto su aspecto físico, su personalidad, sus fortalezas y sus debilidades.

Si sus seres queridos le aceptamos tal y como es, su juicio sobre sí mismo y su percepción será positivas.

Habrá momentos, sin embargo, en los que esa autoestima se verá afectada, ya que todos tenemos momentos difíciles. Los niños no son una excepción, una discusión con sus amigos, problemas en el rendimiento académico o cualquier otra situación que pueda frustrarles hará que su autoestima se vea dañada.

Señales que pueden indicar una baja autoestima

  • Quizá lo primero que nos puede llamar la atención es el ánimo del niño. Suelen tener muchos momentos de tristeza, de ánimo bajo, no se sienten motivados por nada.
  • Esto se extiende y suelen tener dificultades para relacionarse ya que tienden a inhibirse.
  • Son muy críticos con ellos mismos y se someten a una alta autoexigencia. Piensan que no hacen bien las cosas y no se sienten orgullosos de sus logros.
  • Son muy indecisos, no confían en ellos mismos y les da mucho miedo equivocarse.
  • Se sienten poco valorados y se comparan constantemente con otros, llegando a pensar que ellos no son capaces de hacer según que cosas.

¿Cómo ayudar a nuestros hijos si notamos que tienen problemas de autoestima?

Es muy importante que los niños se sientan queridos y apoyados en todo momento. Cuando son pequeños su mundo es su entorno más cercano, es decir, su familia. Para ellos es importantísimo lo que pensamos de ellos.

Por eso tenemos que demostrarles nuestro afecto, ayudarles a asimilar las cosas cuando no sales del todo bien y valorar su esfuerzo.

Es muy importante escucharles, intentar que se sinceren con nosotros y nos cuenten qué es lo que les preocupa o les hace sentir mal. De ese modo podremos detectar sus «puntos débiles» y ayudarles.

No hay que restar importancia a sus preocupaciones, por muy simples que nos parezcan, para ellos son importantes, por lo que hay que empatizar con ellos y proponerles soluciones.

Tenemos que demostrar que confiamos en ellos y en sus capacidades. En este sentido podemos darles ciertas responsabilidades, que sean los encargados de hacer algo en casa, como poner la mesa, por ejemplo, y decirles lo bien que lo han hecho.

También podemos animarles a hacer cosas nuevas, algún deporte o actividad que les guste, que encuentren una motivación para ir superándose cada día.

Si son un poquito más mayores, hablarles con sinceridad, todos somos diferentes y no se nos da igual de bien hacer todas las cosas. Debemos fortalecer aquello en lo que si destacan.

En resumen, tenemos que conseguir que nuestros hijos se vean con nuestros ojos. Que sientan que les vamos a apoyar en todo aquello que se propongan y que lo pueden conseguir y que sobre todo, los queremos y los vamos a querer incondicionalmente siempre.

Cómo estimular y mejorar su lenguaje a través del juego

El lenguaje y su desarrollo son un momento importantísimo en el crecimiento de los niños.

Aprender a comunicarse es vital para los más pequeños y si surge algún problema, les puede generar ansiedad y frustración.

El momento del juego es una ocasión perfecta para estimularles para que aprendan y mejores a la hora de expresarse.

Hoy te damos algunos consejos para motivarles de forma divertida a través del juego.

Juega con tus hijos

Independientemente de los beneficios respecto al lenguaje, todos deberíamos reservar un ratito al día para jugar con nuestros hijos.

Jugar es la manera que ellos tienen de aprender y de divertirse, por lo que compartirlo con sus padres para ellos es un momento único.

Sienten que son importantes, hay que dejarles que lleven la iniciativa, que nos digan a qué quieren jugar y podemos aprovechar para que nos expliquen en qué consiste el juego.

Eso les dará seguridad y mejorará su autoestima, además de motivarles a hablar.

¿Jugamos al veo veo?

Un juego sencillísimo y de toda la vida que a los peques les encanta y que es ideal para ampliar vocabulario.

Si ya saben leer o están aprendiendo, este juego les ayudará a aprender como se escriben ciertas palabras.

Si todavía no controlan el tema de las letras, podemos jugar con pistas como para qué sirve, dónde se encuentra, color, tamaño… de este modo utilizaremos más palabras.

Nos contamos historias

Es como contar un cuento pero sin leerlo. Comenzamos nosotros contando una historia, no muy larga, que nos hayamos inventado.

Luego ellos tienen que hacer lo mismo. Podemos ayudarles diciendo unas cuantas palabras que deben de aparecer en la historia, como por ejemplo: oso, casa, galletas, amigos.

Nuestro peque tendrá que construir una breve historia incluyendo esas palabras. Además de estimular su lenguaje, también estimulamos su imaginación y fomentamos la creatividad.

Adivina quién es

Invitarles a que tengan que describir algo o a alguien es un gran truco para ayudarles con el lenguaje.

Podemos jugar a adivinar un personaje de alguna película de dibujos que a ellos les guste. Nosotros vamos haciendo preguntas sobre el personaje y nos tienen que ir indicando si acertamos o no.

¿Tiene el pelo negro?, ¿los ojos azules?, ¿viste con un vestido? Cuando sea su turno tendrán que hacer lo mismo y les ayudará a concentrarse en hacer las preguntas adecuadas y a fomentar el lenguaje.

El juego simbólico

También llamado juego de roles, es decir, reproducir cualquier situación de la vida cotidiana.

Podemos hacer que estamos en el supermercado y uno es el que compra y otro el dependiente, estamos en el médico con nuestro bebé o en un restaurante, por ejemplo.

Con cualquiera de estos juegos utilizarán el lenguaje, aprenderán palabras nuevas y les motivaremos a hablar y por tanto, ir perfeccionando su lenguaje.

Al hacerlo a través del juego, se divertirán y asimilarán la información más fácilmente.

Además, ese ratito que estemos compartiendo juntos con risas y juegos será el mejor momento del día, para ellos y para nosotros 😉

Cómo «desenganchar»a los niños de las pantallas

En estas vacaciones de Navidad nuestros hijos han aprovechado para pasar más tiempo delante de las pantallas. Bien sea viendo la televisión, jugando con el móvil o con la consola.

Pero después de estos días de descanso en los que hemos sido más permisivos, toca volver a la rutina y no pueden pasar tanto tiempo disfrutando de la tecnología, cosa que a veces no conseguimos.

En el post de hoy os damos algunas técnicas para «desenganchar»a los niños de las pantallas.

La tecnología forma parte de nuestro día a día

Las nuevas tecnologías nos ayudan a diario y están totalmente integradas en nuestra rutina, es por eso que los niños tienen asimiladas las pantallas como parte de su vida.

El problema surge cuando se abusa de esas pantallas, hasta el punto de que se convierten en la única forma de diversión de los más pequeños, llegando incluso al enfado si decidimos quitárselas.

En ese momento debemos plantearnos plantear una serie de normas para controlar su uso.

La comunicación es fundamental

Si simplemente nos enfadamos y le quitamos la tablet o el móvil a nuestro hijo, se quedarán frustrados y enfadados sin terminar de comprender los motivos.

La comunicación es muy importante, debemos explicarles los motivos por los que no es bueno pasar tantas horas frente a las pantallas y que lo ideal es repartir el tiempo de ocio entre varias actividades.

No hay que prohibirlo tajantemente ya que la tecnología es algo innato para ellos, eso tampoco sería positivo, pero hay que regular su uso.

Podemos llegar a un acuerdo

Podemos llegar con nuestros hijos a un acuerdo y establecer ciertas normas, como jugar a la consola solo los fines de semana o no estar más de una hora seguida viendo el móvil.

Establecer horarios y normas de uso hará más difícil que se abuse de la tecnología, ya que los niños asimilarán en que momentos pueden jugar y cuando no.

Además debemos proponer otras maneras de disfrutar del tiempo libre y proponer actividades como jugar a algún juego de mesa o leer por ejemplo.

Nosotros somos el mejor ejemplo

A menudo exigimos a nuestros hijos cuando nosotros somos los primeros que vivimos enganchados al móvil.

Debemos predicar con el ejemplo y cuando estemos en casa con los niños, dejar a un lado las pantallas. A ellos les resultará más fácil no depender de la tecnología si les proponemos algún plan en familia como jugar con ellos o salir a dar un paseo juntos.

Es cierto que el tiempo que llevamos en pandemia no ha ayudado en la sobreexposición de los niños a las pantallas.

Durante el confinamiento, la mayoría de padres tuvimos que trabajar desde casa y dejarles jugando con móviles y tablets durante horas fue una solución aceptable en aquellos momentos.

Todavía a día de hoy sucede con los confinamientos o cuarentenas que tenemos que llevar a cabo. Por ello tenemos que evitar en la medida de lo posible seguir en esa dinámica.

No podemos negarles el acceso a la tecnología, sería contraproducente, pero si podemos poner de nuestra parte para que las pantallas no se conviertan en su único medio de diversión.

Tips para ayudar a estudiar a nuestros hijos

Los que tenemos hijos de cierta edad sabemos que llega un momento en el que comienzan a tener más deberes y a realizar exámenes.

Es un cambio importante y es normal que al principio les cueste ya que todavía no tienen aprendido el hábito de estudiar.

En el post de hoy te damos algunos tips para ayudar a los peques a estudiar.

Los comienzos siempre cuestan

Como con todo en esta vida, también hay que aprender a estudiar, ya que si no se ha hecho antes, cuesta como cualquier otra actividad.

Esto quiere decir que es completamente normal si los primeros exámenes que realizan nuestros hijos no les salen del todo bien.

No debemos alarmarnos ni pensar en fracaso escolar, simplemente tenemos que ayudarles para que aprendan a estudiar.

Estudiar no es simplemente sentarse a leer, por lo que hay algunas técnicas que podemos llevar acabo con nuestros hijos para que adquieran el hábito de estudio.

Hay que crear un espacio de estudio

Crear un entorno adecuado para estudiar es fundamental. Que los niños se sientan cómodos es imprescindible para que consigan concentrarse.

Deben de tener una mesa amplia en la que puedan colocar todo lo que necesiten para hacer los deberes y estudiar. De este modo tendrán todo lo necesario a mano y no tendrán que levantarse, lo que les distraería.

Y respecto a distracciones, sobre el escritorio solo deben tener lo que necesiten para estudiar, ni juguetes, ni móviles, ni televisión, ni ningún elemento que pueda despistarles.

La silla también es importante, debe de ser adecuada a su edad y ergonómica para cuidar de la columna vertebral.

Lo ideal sería en su habitación o en alguna otra estancia en la que pueda estar solo y en calma sin que nada le moleste.

Deben tener buena iluminación, lo ideal es iluminación natural, pero también es conveniente comprarles un flexo con luz blanca para que puedan leer perfectamente.

Ayúdales a planificarse

Normalmente los exámenes suelen ser todos sobre las mismas fechas por lo que es importante organizarse.

Podemos ayudar a nuestros hijos a crear un calendario con las fechas de los exámenes y los días que tienen que estudiar para cada uno de ellos.

Aunque no tengan ningún examen, es conveniente que tomen el hábito de estudio, por lo que en la planificación podemos incluir unos 20-25 minutos de estudio diario de lo que hayan dado en el colegio ese mismo día.

De este modo se acostumbrarán a estudiar y además llevarán las materias al día, por lo que a la hora de preparar el examen no les costará tanto.

Enséñale a hacer esquemas y resúmenes

Podemos sentarnos con ellos y enseñarles a hacer esquemas con los conceptos más importantes. Les ayudará a memorizar mientras los realizan y luego les servirán para repasar.

Este punto no debemos confundirlo con sentarnos con ellos a estudiar. Podemos hacerlo al principio para darle algunas pautas, pero deben aprender a ser independientes a la hora de estudiar.

Si se acostumbran a estudiar siempre con nosotros, nunca aprenderán a hacerlo ellos solos.

El descanso y la comida, fundamentales

Estos conceptos son fundamentales, independientemente de que tengan exámenes o no.

Los niños están en plena etapa de crecimiento y para su bienestar debemos de cuidar especialmente su alimentación y su descanso.

Por lo tanto, en época de exámenes es igual de importante. Deben de dormir las horas necesarias, no permitamos que se quiten horas de sueño por estudiar un poco más para el examen.

Para eso ya tenemos la planificación que antes comentábamos. A la hora de enfrentarse a un examen que se encuentren bien y descansados es casi tan importante como lo que hayan estudiado.

Estudiar es un ejercicio que supone un gasto importante considerables, así que es muy importante que coman bien en época de exámenes.

Es posible que los nervios les cierre un poco el estómago, pero debemos estar atentos a que comen bien.

Lo más importante: que se sientan apoyados y motivados

La actitud con la que se enfrentan a los exámenes es muy importante. Si nosotros como padres les presionamos, lo único que conseguiremos es generarles ansiedad y añadirles más estrés.

Tenemos que motivarles, decirles que lo están haciendo muy bien, que se están esforzando y que seguro que el examen les sale genial.

Que confiemos en ellos, eso para ellos supone un mundo.

Y si tras realizar el examen, la nota no es la deseada, no debemos reñirles ni mucho menos, humillarles.

Si nuestro hijo se ha esforzado debemos animarle y felicitarle por su trabajo. Seguro que al siguiente irá mejor.

Que los niños jueguen con otros niños: fundamental

Poco a poco vamos dejando atrás los peores momentos de la pandemia en los que las relaciones sociales se paralizaron.

Los niños sobrellevaron esa situación como auténticos campeones y tuvieron que aceptar que no podían relacionarse con otros niños.

Pero, como decíamos, esa situación ha cambiado y los niños pueden volver a jugar con sus amiguitos, algo que es fundamental para su aprendizaje y su bienestar.

En el post de hoy hablamos de la importancia de que los niños jueguen con otros niños.

Sus amiguitos forman parte de su círculo de confianza

El día a día de un niño se limita a la relación que tiene con sus padres y sus familiares más cercanos y las relaciones con sus amigos.

Su realidad social es básicamente esa, por eso es tan importante la interacción con otros niños durante la infancia.

Los amigos no sólo son compañeros de juegos, sino que ayudan al desarrollo emocional y social de los niños.

El aprendizaje y la autoestima a través de la amistad

Los otros niños son con los primeros con los que los peques aprenden a relacionarse fuera del núcleo familiar, normalmente son los compañeros del colegio.

Jugando con ellos aprenden habilidades sociales y muchos valores como a compartir, a ayudar a los demás, a ser empático, a resolver problemas y a desenvolverse en su comunicación.

“La relación de los niños con sus iguales es muy importante sobre todo porque provoca una estimulación natural que es necesaria para el sistema nervioso. Al final, nuestro desarrollo está mediado por la relación con los demás. Una parte viene dada por la relación con los propios padres y otra gran parte por la relación con otros niños. Todo ello hace que tengamos unas redes de estimulación, somos seres sociales por naturaleza y eso provoca un desarrollo sano del cerebro” explica la psicóloga y doctora en neurociencia Ana Asensio

Al jugar con otros niños también se sienten aceptados por sus iguales. Todo el mundo necesita amigos y tenerlos les ayuda a mejorar su autoestima.

Se sienten queridos y necesarios.

Está claro que hay niños más introvertidos y les cuesta más relacionarse.

Hay que dejarles su espacio y poco a poco a través del juego se irán integrando y haciendo amistades.

Relacionarse y jugar con otros niños les dará confianza en sí mismos y les ayudará a adquirir una serie de habilidades que conservarán cuando sean adultos.

Cómo detectar el acoso escolar

El acoso escolar o bullying es uno de los principales miedos de los padres cuando nuestros hijos comienzan a ir al colegio.

Saber detectarlo a tiempo es fundamental para ayudar a nuestros hijos y acabar con el problema.

En el post de hoy te contamos cómo detectar el acoso escolar.

¿Qué es el bullying o acoso escolar?

Antes de nada debemos saber exactamente a qué conductas podemos ponerles la etiqueta de acoso escolar.

Es normal que nuestros hijos tengan algún encontronazo con alguno de sus compañeros, incluso alguna pelea.

No todos tenemos el mismo feeling con todo el mundo y los niños al ser pequeños y no saber todavía controlar bien sus emociones pueden solucionar un problema con una pelea.

Evidentemente habrá que tomar medidas y explicarles que esas no son las maneras de solucionar nada.

Hablamos de acoso escolar cuando se producen agresiones físicas y/o psicológicas de forma constante y durante un período largo de tiempo.

Estas conductas además suelen seguir un patrón en el que el niño que sufre el acoso está solo y el resto de niños que son testigos de lo que sucede no suelen intervenir por miedo a represalias.

Señales de alarma del acoso escolar

Cuando un niño está sufriendo bullying, hay una serie de cambios en su conducta que deben hacer saltar todas nuestras alarmas.

Según la web stopbullying.gov las señales de advertencia que debemos tener en cuenta son:

  • Lesiones inexplicables
  • Pérdida o rotura de ropa, libros, dispositivos electrónicos o joyas
  • Dolores de cabeza o estómago frecuentes, sensación de malestar o simulación de enfermedad
  • Cambios en los hábitos alimentarios, como saltarse horarios de comidas o atracarse. Los niños pueden llegar de la escuela con hambre porque no almorzaron.
  • Dificultad para conciliar el sueño o pesadillas frecuentes
  • Calificaciones bajas, pérdida de interés en las tareas escolares, o el niño se niega a ir a la escuela
  • Pérdida repentina de amigos o deseo de evitar situaciones sociales
  • Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima
  • Comportamiento autodestructivo como escaparse del hogar, autoinfligirse heridas o hablar de suicidio

¿Qué hacer si nuestro hijo sufre bullying?

Si nuestro hijo sufre acoso escolar, en primer lugar debemos apoyarle al máximo y decirle que vamos a ayudarle para que termine.

Actualmente existen unos protocolos de actuación en los centros escolares para gestionar este tipo de situaciones.

Debemos ponernos en contacto con el colegio y con los profesores para que nos ayuden en el proceso y que el problema se solucione.

Sería conveniente que el niño contase con ayuda de un psicólogo para recuperar la confianza en sí mismo y su autoestima.

Os indicamos el enlace de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar para ampliar información y solventar cualquier duda que tengáis.

Lo imprescindible es no quitarle importancia al asunto y apoyar y respaldar a nuestro hijo 100%.

El bullying es un problema muy grave y hay que atajarlo lo más rápido posible para que no tenga consecuencias.

Enseña a tus hijos a ayudar en casa

Aunque nuestros hijos sean pequeños, pueden empezar a realizar ciertas tareas en casa, así nos ayudarán y además se sentirán realizados al ver que ya pueden colaborar.

En el post de hoy te contamos qué tareas podemos encargarles.

Enseñarles a guardar y ordenar sus juguetes

El punto de partida es enseñarles a ser ordenados y organizados, ya sea en casa, en la guardería o en el colegio.

En casa podemos empezar con sus juguetes. Algo habitual en los niños es ponerse a jugar y cuando acaban dejan todo tal cual está.

Muñecas, coches, figuras de acción… todo por ahí tirado. Les tenemos que explicar que cuando se termina de jugar hay que guardarlo y eso también es una forma de cuidar de nuestra casa.

Para hacerlo más divertido y motivarlos a que recojan todos sus juguetes podemos comprar unos cubos y decorarlos según el tipo de juguete que vaya dentro.

Las muñecas pueden ir a un contenedor decorado como una casita y los coches de juguete pueden guardarse en un contenedor decorado con ruedas y pegatinas en los parachoques, por ejemplo.

Nos lo pasaremos genial preparándolo todo y decorando los cubos, seguro que les encantará guardarlo todo en su sitio.

Su habitación, sus dominios

Además del tema de los juguetes, si ya son un poquito más mayores, podemos ampliar sus responsabilidades al resto de su habitación.

Que cuando lleguen a casa y se cambien de ropa, lleven la ropa sucia al cesto para lavar y que la mochila y las cosas del cole estén en su lugar y ordenadas.

Si ya tienen unos 8 o 9 años pueden empezar a hacer su cama, al principio les costará pero con la práctica irán mejorando.

Con esa edad también nos pueden empezar a ayudar con la limpieza de su habitación. Podemos darles un plumero para que quiten el polvo, por ejemplo.

Tareas básicas de convivencia

Además de enseñarles a ser ordenados y responsables con su habitación, también pueden ayudarnos en otros aspectos del día en casa.

Pueden ser los encargados de poner la mesa en alguna de las comidas del día y llevar sus platos y sus vasos a la cocina una vez hayan terminado.

Si generan algún residuo como el envoltorio de un caramelo o una servilleta sucia, hay que tirarlo a la basura y no dejarlo encima de la mesa.

Con nuestra supervisión pueden ayudarnos a lavar los platos, nosotros enjabonando y ellos enjuagando, por ejemplo.

Si tenemos alguna mascota, peces, tortugas, gato, perro… pueden encargarse de darles de comer.

Tips para motivarles a ayudar en casa

Una vez se pasa la novedad de la tarea a realizar puede que les cueste y protesten cuando les mandamos hacer algo, por eso hay algunos tips para hacerlo más llevadero.

Siempre hay que enfocarlo de forma divertida y que la actividad sea algo fácil y que les guste, como por ejemplo lo que hemos comentado de antes de guardar sus juguetes en cubos customizados.

Podemos ofrecerles pequeñas recompensas, por ejemplo, si durante la semana tiene ordenado y recogido su cuarto, el fin de semana tendrá un premio que puede ser hacer alguna actividad que le apetezca como ir al cine o a merendar fuera.

Si nuestros hijos ya son más mayorcitos podemos fijar una paga semanal o mensual.

Hay que apoyarlos siempre, aunque la cama no le haya quedado muy bien no hay que criticarles, valoraremos su esfuerzo. Nuestros peques se sentirán orgullosos y valorados.

Nunca hay que utilizar las tareas de casa como castigo, solo conseguiremos que las hagan a disgusto y mal y que lo relacionen como algo negativo.

Son pequeñas tareas que les harán sentirse valorados, lo que reforzará su autoestima.

Los niños son esponjas, si les enseñamos a ser responsables y valoramos sus esfuerzos, adquirirán el hábito de ayudar en casa.