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Baja autoestima en niños.¿Cómo afrontarlo?

Las personas vamos forjando nuestra autoestima a lo largo de nuestra vida, pero es en la edad infantil cuando tiene una importancia fundamental.

Por desgracia, hay momentos en los que a nuestros hijos les afectan circunstancias que hacen que su autoestima baje.

En el post de hoy hablamos de esta situación y de algunos consejos para afrontarlo.

La autoestima de los niños

Hay muchos factores que influyen en la autoestima de un niño y la manera en la que perciben a ellos mismos.

Esa percepción comienza en su familia y su entorno más cercano. Un niño debe sentirse aceptado tal y como es, tanto su aspecto físico, su personalidad, sus fortalezas y sus debilidades.

Si sus seres queridos le aceptamos tal y como es, su juicio sobre sí mismo y su percepción será positivas.

Habrá momentos, sin embargo, en los que esa autoestima se verá afectada, ya que todos tenemos momentos difíciles. Los niños no son una excepción, una discusión con sus amigos, problemas en el rendimiento académico o cualquier otra situación que pueda frustrarles hará que su autoestima se vea dañada.

Señales que pueden indicar una baja autoestima

  • Quizá lo primero que nos puede llamar la atención es el ánimo del niño. Suelen tener muchos momentos de tristeza, de ánimo bajo, no se sienten motivados por nada.
  • Esto se extiende y suelen tener dificultades para relacionarse ya que tienden a inhibirse.
  • Son muy críticos con ellos mismos y se someten a una alta autoexigencia. Piensan que no hacen bien las cosas y no se sienten orgullosos de sus logros.
  • Son muy indecisos, no confían en ellos mismos y les da mucho miedo equivocarse.
  • Se sienten poco valorados y se comparan constantemente con otros, llegando a pensar que ellos no son capaces de hacer según que cosas.

¿Cómo ayudar a nuestros hijos si notamos que tienen problemas de autoestima?

Es muy importante que los niños se sientan queridos y apoyados en todo momento. Cuando son pequeños su mundo es su entorno más cercano, es decir, su familia. Para ellos es importantísimo lo que pensamos de ellos.

Por eso tenemos que demostrarles nuestro afecto, ayudarles a asimilar las cosas cuando no sales del todo bien y valorar su esfuerzo.

Es muy importante escucharles, intentar que se sinceren con nosotros y nos cuenten qué es lo que les preocupa o les hace sentir mal. De ese modo podremos detectar sus «puntos débiles» y ayudarles.

No hay que restar importancia a sus preocupaciones, por muy simples que nos parezcan, para ellos son importantes, por lo que hay que empatizar con ellos y proponerles soluciones.

Tenemos que demostrar que confiamos en ellos y en sus capacidades. En este sentido podemos darles ciertas responsabilidades, que sean los encargados de hacer algo en casa, como poner la mesa, por ejemplo, y decirles lo bien que lo han hecho.

También podemos animarles a hacer cosas nuevas, algún deporte o actividad que les guste, que encuentren una motivación para ir superándose cada día.

Si son un poquito más mayores, hablarles con sinceridad, todos somos diferentes y no se nos da igual de bien hacer todas las cosas. Debemos fortalecer aquello en lo que si destacan.

En resumen, tenemos que conseguir que nuestros hijos se vean con nuestros ojos. Que sientan que les vamos a apoyar en todo aquello que se propongan y que lo pueden conseguir y que sobre todo, los queremos y los vamos a querer incondicionalmente siempre.